Julissa Peralta es una joven mujer residente en el paraje La Soledad, de Moca, que sufre desde los 12 años de edad de “hematohidrosis”, una rara y terrible enfermedad que le hace brotar sangre a través de los poros. Este padecimiento es prácticamente desconocido en el mundo y no existen tratamientos que sirvan para enfrentar esta condición.
Para el año 2003, el programa La Vida Misma conoció este caso. En ese momento Julissa contaba 29 años y había procreado tres hijos, todos afectados de la enfermedad.
El víacrucis que ha tenido que padecer esta familia la ha llevado, gracias a instituciones que se interesaron en el extraño caso, a viajar a los Estados Unidos al Johns Hopkins Hospital y al hospital pediátrico universitario Manuel Ruiz de Puerto Rico, sin embargo, aunque recibieron toda la atención los resultados no fueron positivos, volvieron a su país sin ninguna respuesta sobre el origen de la condición que los afecta.
A seis años del reportaje de La Vida Misma titulado “Vivir sudando sangre”, la situación económica de la familia ha empeorado y el problema mayor no es que esta mujer tiene que vivir sudando sangre sino que su enfermedad se ve agudizada por la pobreza y la mala calidad de vida.
Julissa vive en una casita muy pobre y muy retirada y cada vez que su marido tiene que llevarla al dispensario del pueblo o a procurar un carro del concho para ir a atenderse a la capital, tiene que hacerlo montada en el motorcito de su esposo Francisco Vásquez y recorrer más de 5 kilómetros, llena de dolor y de sangre.
Julissa tiene más de 10 años pidiendo ayuda, tocando puertas, enviando cartas y mendigando una ayuda oficial que no termina de llegar.
En la actualidad, la mayoría de las instituciones gubernamentales y personas a quienes ha dirigido cartas solicitando ayuda han sido indiferentes.
El dinero para las medicinas y los tratamientos que sirven para atacar algunos de los síntomas que acarrea esta enfermedad son muy costosos por lo que el sueldo de apenas 9 mil pesos de su marido no es suficiente para mantener la casa y solventar los medicamentos.
No le encuentran Solución
El caso de Julissa Peralta ha sido llevado a hospitales de los Estados Unidos y Puerto Rico, sin que hasta la fecha le hayan encontrado solución. Por lo pronto, espera que alguien se apiade de ella y acuda en su ayuda.
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