La compañía estadounidense AT&T ha
comenzado a cobrar por las llamadas ‘perdidas’. Según relata la revista
Wired, a uno de sus lectores le han sido facturadas este tipo de
comunicaciones. Lon McQuillin ha descubierto cómo al probar su nuevo
teléfono con tarjeta prepago y realizar una llamada ‘incompleta’ la
compañía le ha facturado la cantidad de 0.10 dólares.
El contrato con la compañía recoge que
el tiempo de conexión cuando se establece la señal con el receptor
también es susceptible de ser facturado. Incluso, en las llamadas que no
son contestadas.
Lo cierto es que desde que se generalizó
este código para comunicarse o confirmar la recepción de un sms entre
los usuarios de móvil, ha existido el rumor del posible cobro de estas
llamadas.
Un mensaje de correo electrónico circula
periódicamente desde hace años en forma de cadena, advirtiendo del
coste para los usuarios, lo que ha llevado a las operadoras a
desmentirlo en más de una ocasión.
Pero a pesar de que la política siempre
ha sido la de no cobrar por un servicio o conexión que no se ha llegado a
prestar, en cuanto alguien en el sector da el paso, el riesgo de que
los demás le sigan es muy elevado.
Y esto es precisamente lo que ha pasado
en el caso de Internet, Vodafone ha eliminado recientemente las
conexiones de datos móviles ilimitadas estableciendo un máximo de
descarga. En las conexiones domésticas, Canadá ha optado por eliminar la
tarifa plana sin límite y Telefónica, Orange y el resto, también
apuestan por poner trabas o reducir la velocidad a partir de un cierto
volumen de descarga.
La industria alega que unos pocos
consumen una cantidad “abusiva” del ancho de banda frente al resto de
usuarios, la solución parece muy poco democrática, y es castigar a todos
limitando el servicio bajo sus propios criterios. ¿Cómo se establece lo
que se considera como un consumo ‘normal’?
La crisis hace mella en sus cuentas de
resultados y unos pocos céntimos de las llamadas perdidas de millones de
usuarios, sumados a un ahorro en los costes de mantenimiento y
distribución de los servicios de ADSL pueden salvar un mal año. Siempre a
costa del consumidor, claro.
Comentarios