La nueva reforma fiscal del gobierno del presidente Leonel Fernández contempla un impuesto selectivo de un 10 por ciento al servicio de televisión por cable, lo cual incrementará el servicio de Internet que se ofrece por medio de la televisión por cable,
afectando a miles de dominicanos que actualmente reciben voz, data
(Internet) y vídeo (televisión) por la misma línea de telecable, gracias
a la convergencia tecnológica.
Lo cual inmediatamente genera un aumento
de la tarifa de Internet en un 10% pues la facturación de las
principales empresas proveedoras de servicios de telecomunicaciones está
unificada en muchos casos a otros servicios como el de televisión por
cable.
Es una pena que la gestión del
presidente Fernández no tenga una visión de políticas públicas en
materia de telecomunicaciones, pues debido a la pobre gestión de
instituciones como el Instituto Dominicano de las Telecomunicaciones (INDOTEL) y la Oficina Presidencial de Tecnología de Información y Comunicación (OPTIC) nuestro país está en los últimos lugares de Latinoamérica en materia de TICs, en la posición 79 de 138 países, con un 70% de dominicanos que no tienen acceso a Internet,
cifra que se ampliará mucho más con este nuevo impuesto que seguirá
haciendo más grande el abismo digital que viven millones de dominicanos,
sin contar con que ya anteriormente el gobierno redujo en un 50% el Fondo
de Desarrollo de las Telecomunicaciones (FDT), fundamental para
proyectos que combatan la brecha digital en República Dominicana.
Es muy preocupante como aumentarán mucho
más las elevadas tarifas de Internet en nuestro país, que en los
últimos meses habían mejorado, pero que con este nuevo impuesto volverá a
convertir el Internet de República Dominicana en uno de los más caros y
deficientes del mundo por falta de visión, regulación y voluntad
política, pues aún en nuestro país no se entiende que el acceso a
Internet no es un “lujo” ni una “moda”, sino una herramienta fundamental
para el desarrollo y el acceso al conocimiento en esta era de la
información en que nos encontramos, a tal punto que la Organización
de Naciones Unidas para la Educación, Ciencia y la Cultura (UNESCO) ha
declarado el acceso al Internet como un derecho humano.
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