Buena por estos Cientificos!!! Científicos chilenos y belgas crean fármaco para bloquear los malos recuerdos
Académicos de diferentes universidades de Chile y Bélgica
desarrollaron un fármaco que permite borrar los recuerdos traumáticos,
utilizando un método diferente a lo que se había investigado hasta
ahora. Si bien existen diferentes fórmulas que
intentan eliminar malos recuerdos, en un intento de tratar el estrés
post-traumático por ejemplo, casi todas las soluciones apuntan a afectar
a las neuronas.
“Los químicos amnésicos son capaces de alterar la neurona. Hace años
que se sabe que la neurona es importante para la memoria”, explica el
profesor Jimmy Stehberg, investigador del laboratorio de Neurobiología
de la Universidad Andrés Bello. Lo que desarrolló el equipo, sin
embargo, trabaja sobre los astrocitos, células
presentes en nuestro cerebro que cumplen múltiples funciones en el
microambiente de la neurona y que permiten que éstas funcionen bien.
“En los últimos años ha crecido el interés sobre los astrocitos, se
sabe que están conectados entre sí, y podrían estar involucrados en la
sinápsis. Actúan como neurotransmisores – pero no pueden llamarse
“neuro” porque no son neuronas, así que se les llama gliotransmisores”,
explica Stehberg. La sinapsis, así, no sería entre una neurona y otra, sino que en medio hay un astrocito que participa.
Los investigadores desarrollaron un fármaco que permite bloquear la
liberación de los gliotransmisores desde los astrocitos, lo que tuvo como efecto el bloqueo de los malos recuerdos. Este experimento sería una de las primeras evidencias de que la sinapsis es tripartita.
El experimento
Para el experimento se utilizó a ratas. Primero se emitía un sonido
particular, y luego se golpeaba suavemente a las ratas en una de sus
piernas. Al emitir el sonido después, las ratas se ponían tensas
esperando el golpe. Los investigadores inyectaron el fármaco en la zona
de la amígdala basolateral de los animales, que regula las respuestas
emocionales del cerebro, durante el periodo de consolidación de la
memoria (de unas 4 horas), en que un recuerdo pasa a ser de largo plazo.
Al día siguiente se repitió el experimento, y al emitir el sonido,
las ratas no se pusieron tensas, indicando que habían olvidado la
experiencia traumática.
El periodo de consolidación es el momento en que un recuerdo pasa de
ser de corto plazo a uno de largo plazo. “Por ejemplo, si te digo que
recuerdes los números 3, 5 y 9, probablemente cuando te pregunte en 10
minutos vas a poder decírmelos, pero si te pregunto en 4 horas más, ya
los habrás olvidado. En cambio si te digo que si recuerdas esos números
te voy a dar un millón de dólares, y te pregunto mañana, no te vas a
olvidar nunca de los números”, explica el profesor Stehberg.
FW – ¿Qué diferencia tiene bloquear los gliotransmisores en vez de trabajar sobre la neurona?
Jimmy Stehberg - Demostramos que la memoria requiere
del astrocito. Todos los tratamientos hasta ahora están basados en la
neurona, y con esto tenemos una oportunidad de explorar las funciones
del astrocito. Falta mucho por investigar, pero la regulación de este
tipo de célula parece ser más simple. Es posible que encontremos nuevos
fármacos, o que funcionen como complemento para tratamientos. También es
posible que los astrocitos estén involucrados en las enfermedades y
desórdenes psiquiátricos que involucren la sinapsis, como esquizofrenia,
ansiedad, depresión, etc.
FW – Cuando se aplica el fármaco, ¿significa que uno se olvida de todo y queda una laguna mental?
Jimmy Stehberg - En este caso particular, el fármaco
lo inyectamos directamente en la amígdala basolateral, con lo que uno
afectaría sólo la memoria emocional, pero no el recuerdo. Lo que se
borraría es la emoción traumática asociada al recuerdo, pero no el
recuerdo en sí. Ahora, habría que buscar una manera en que si hacemos
una píldora, esta vaya directamente a la amígdala para que tenga este
efecto.
El paper fue publicado en la revista especializada de la Federation of American Societies for Experimental Biology (FASEB)
en la edición de este mes, y el fármaco ya fue patentado, aunque
todavía pueden pasar años hasta que llegue a aplicarse en pacientes. En
el desarrollo participaron académicos de la U. Andrés Bello, la U.
Católica, la U. del Desarrollo y el Centro Interdisciplinario de
Neurociencias de Valparaíso en Chile, en conjunto con pares de la U.
Católica de Lovaina y la U. de Gante en Bélgica.
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