SANTO DOMINGO.- Cuando el ser humano se encuentra en la etapa de la juventud, experimenta cambios en su ser, que lo hacen involucrarse en conflictos de la vida adulta, que, por su falta de experiencia y madurez, no sabe manejar o resolver; por tanto queda afectada su vida emocional.Esa apertura a nuevos ambientes, fuera de su entorno familiar y escolar, como su primer empleo, su entrada a la universidad, por ejemplo, hace que el joven tenga que relacionarse con otras personas y vivir situaciones desagradables que obstaculizan la realización de su proyecto de vida.
El rechazo, la presión de grupo, la discriminación de cualquier índole, la traición, difamación, la hipocresía y las amistades por interés son las situaciones con que a menudo se encuentra el joven, en el mundo real, que en muchos de los casos le resultan difíciles de manejar. Según la psicóloga y terapeuta Wanda Mateo, hay jóvenes que no tienen la madurez suficiente para ellos guiarse y desenvolverse en el medio donde se les presentan esas dificultades.
“Ellos se encuentran con una pared que no pueden derribar y muchas veces se estrellan, afectando de manera directa su estado de ánimo y caen fácilmente en estado de tristeza, aislamiento, decepción, apatía o presentan trastornos conductuales que le impiden su interacción con su entorno y su desarrollo como individuos”, dice la experta.
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