Los pasos de la insurrección del 27 Febrero

Los dominicanos tomaron la Puerta del Conde, baluarte de la gesta, sin disparar un tiro

Santo Domingo. El nerviosismo y la inquietud alerta a más de 100 patriotas en la Puerta de la Misericordia. La duda también atormenta a algunos de los reunidos. La hora acordada para dar la señal de alarma: 10 de la noche del 27 de febrero de 1844, avanza. Es entonces cuando Matías Ramón Mella dispara su trabuco…y ya no hubo marcha atrás.

El grupo caminó decidido hacia la Puerta del Conde, lugar escogido para ondear por primera vez la bandera dominicana, confeccionada por Concepción Bona y María Trinidad Sánchez. Allí, el sargento haitiano Juan Gross trató de hacer resistencia, pero fue contenido por el teniente Girón, previamente reclutado por los Trinitarios para la causa separatista.

El historiador Adriano Miguel Tejada señala en su libro "Diario de la Independencia", que debido a esto, la toma del puesto se hizo sin disparar un solo tiro.

La hazaña, según escribe, no fue perfecta. En lo relatado por José Gabriel García se consigna que hubo vacilaciones consiguientes a la mala organización que aún reinaba, e incluso, algunas deserciones. No obstante, la confianza fue restablecida y posteriormente fue tomada la capitanía del puerto y las aduanas. Sólo quedó en manos haitianas la Torre del Homenaje, donde estaba la dirección de las tropas de ese país.

"La guardia nacional de la ciudad ha podido fácilmente apoderarse, en los primeros momentos, del arsenal, defendido solamente por unos sesenta soldados mal armados y poco disciplinados…", dice del momento de la toma de la ciudad, el cónsul de Francia, Eustache de Juchereau de Saint Denys, quien medió en la capitulación de los haitianos.

A pesar de la debilidad de los haitianos, éstos hicieron intentos de obtener noticias de lo que ocurría. La misión de investigador la asumió el hijo del presidente Charles Hérard, Deó Hérard, pero de acuerdo al "Diario de la Independencia", fue recibido con disparos que lo obligaron a retornar a la Torre del Homenaje. "Había una aparente calma, pero la población era presa de la más viva ansiedad y de una mortal inquietud", agrega Saint Denys en el informe que le rindió al Ministro francés sobre lo sucedido.

Intensa madrugada

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