Condenan a 15 años a sacerdote por abuso de menores

Buenos Aires.- Un tribunal oral condenó el miércoles al sacerdote católico argentino Julio Grassi a 15 años de prisión por dos casos de abuso sexual y corrupción de menores.
Los jueces Luis Andueza, Jorge Carrera y Mario Gómez dieron a conocer la sentencia, después de haber encabezado 200 audiencias en casi 10 meses desde el inicio del juicio.
El juez Andueza, presidente del Tribunal, leyó el fallo y afirmó que se le condenaba por ser "autor penalmente responsable por los delitos de abuso sexual agravado reiterado en dos hechos".

El juicio tuvo lugar en el Tribunal Oral en lo Criminal Número 1 de Morón, al oeste de Buenos Aires.
La condena por unanimidad también fue por "corrupción de menores", en episodios todos ellos ocurridos en 1996.

"Fui víctima de una injusticia y una carga interior que no se como voy a soportar", dijo Grassi apenas conocida la sentencia. "Me siento avergonzado por la justicia, no por mí".
"Esto es una bofetada", agregó el sacerdote, quien durante la lectura del fallo se mostró impasible, como ajeno a todo.

"Se ha condenado a un pedófilo. Es un pederasta peligroso y va a pasar 15 años en prisión", dijo Juan Pablo Gallego, abogado de una de las víctimas.
Grassi fue enjuiciado por 17 casos, pero solo fue encontrado culpable en dos de ellos.
"Vamos a apelar el fallo porque hay hechos que no han sido considerados", destacó Gallego.
Por orden judicial, las cámaras de televisión y los fotógrafos no pudieron ingresar a la corte, con el fin de proteger la identidad de los jóvenes identificados con el seudónimo de "Luis", "Gabriel" y Ezequiel", que eran menores de edad cuando sufrieron los abusos.

El tribunal rechazó el pedido de detención que había hecho la querella, por lo que Grassi continuará en libertad hasta que la sentencia quede firme.
El fiscal Alejandro Varela dijo estar "conforme en cuanto a que hay una condena a una persona que abusó de un menor; en cuanto a que continúe en libertad no estoy de acuerdo".
"Mantenemos que hay peligro de fuga", destacó el fiscal, quien adelantó que apelaría a la absolución en los otros casos que no fueron tenidos en cuenta para la condena.
El caso se inició en octubre de 2002, cuando un canal de televisión local transmitió una investigación periodística en la que tres jóvenes --dos de ellos aún menores de edad-- denunciaron haber sido abusados por Grassi en la sede de la Fundación Felices los Niños, en la localidad de Hurlingham, al noroeste de Buenos Aires, donde funcionaba un albergue para menores sin familia o de bajos recursos.

El escándalo causó conmoción no sólo por su condición de sacerdote sino también por el alto perfil público de Grassi, famoso por sus obras de caridad y protección de la infancia y por su fundación, que administraba varios hogares para niños en todo el país y solía recaudar fondos a través de concursos en destacados programas de televisión.
Pese a la ausencia de exámenes genéticos o pericias médicas que comprobaran el abuso --por el tiempo transcurrido entre el momento en que ocurrieron los hechos y el inicio del proceso judicial-- el tribunal dio por probados los delitos basándose en las pericias psiquiátricas a las que fueron sometidos los tres jóvenes, que dieron como resultado que habían sido víctimas de abusos sexuales.

En la única pericia psiquiátrica a la que aceptó someterse Grassi, el sacerdote fue definido como poseedor de un perfil psicológico "característica compatible con personas que han cometido un delito sexual". Pero el cura siempre insistió en su inocencia, incluso luego de conocerse la condena Durante el proceso, Grassi también fue sometido a una pericia física en la que quedó demostrado que algunos rasgos particulares de su cuerpo coincidían con la descripción que había hecho una de sus víctimas.
Grassi se hizo famoso por sus obras de caridad realizadas a través de la Fundación Felices los Niños que él creó en 1993. Durante la década del noventa la fundación fue depositaria de millonarias donaciones privadas y públicas.

El de Grassi fue el primero de dos escándalos sexuales que involucraron a sacerdotes de la Iglesia Católica argentina. En septiembre de 2002, el arzobispo de la ciudad de Santa Fe, monseñor Edgardo Storni, debió renunciar a su cargo tras ser acusado de abusar de seminaristas y jóvenes sacerdotes. El caso nunca llegó a los tribunales.
Fuente: listindiario.com.do

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