No solo se trata de un irrespeto y transgresión al derecho de autor.
La cantidad de estudiantes del nivel superior que utiliza el infinito mundo de la Internet para copiar textos y luego exponerlos o plasmarlos en un trabajo de investigación cual si fuesen suyos es incalculable y con tendencia hacia la expansión.
“Este es un tema de extrema importancia, sobre todo para el área académica y de formación profesional.
Ese es uno de los grandes problemas que trae consigo la tecnología de la información y la comunicación”, expone Iván Grullón Fernández, vicerrector docente de la estatal Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD).
Revela que en esta universidad incluso ha habido sanciones a estudiantes de grado y de post grado que tuvieron la osadía y falta de delicadeza de hacer uso de la Red para copiar contenidos de investigación, tesis o monografías, realizados por otros, y presentarlos luego en las aulas como el resultado de un esfuerzo intelectual propio.
La práctica del “copy-paste” no es nada nuevo. Incluso, universidades de todo el mundo ya están aplicando programas de computadoras capaces de escanear los textos copiados y delatar al estudiante o profesional que se preste para robar ideas ajenas.
En el país, ninguna universidad cuenta todavía con ninguna de estas herramientas tecnológicas creadas para comprobar la originalidad de los textos, a pesar de que muchos de estos programas están disponibles de forma gratuita.
Grullón Fernández entiende que cada profesor debe tener controles efectivos para evitar que sus alumnos, cuando sean trabajos de mucha envergadura, se atribuyan conceptos y conocimientos que realmente no han producido, sin darle los créditos al autor a quien realmente pertenece el texto sustraído.
El problema radica en que, en la práctica, el estudiante o profesional que desarrolla un proceso de investigación del tema de que se trate no suele citar al autor propietario de las ideas que implícitamente se atribuye en la exposición final de sus trabajos.
“Las universidades estamos enfrentando grandes retos con respecto al copiar y pegar, dado que las diferentes fuentes documentales proveen todo tipo de información”, sostiene Diómedes Christopher, decano del Área de Negocios de la Universidad Tecnológica de Santo Domingo (Intec).
Este académico coincide con Grullón Fernández en que los profesores tienen que ser más estrictos en la lectura de los trabajos y reclamar más el respeto al derecho al autor. Aunque dice que en Intec los casos no son tan frecuentes, señala que sí se dan casos de estudiantes plagiadores de conocimientos.
“En Intec hay un reglamento muy estricto y puede llevar en algunos momentos hasta la expulsión del estudiante”, señala.
Programas especializados para detectar plagios
No se necesita un ‘software’
Aprobo (www.approbo.citilab.eu)
Rastrea millones de sitios en Google. Es el más novedoso y es gratis. Rastrea en los millones de sitios indexados en Google y otros buscadores y marca qué frases de un documento se encuentran también en la Web. Puede usarse desde cualquier computadora con acceso a Internet y no requiere instalar ‘software’ alguno.
Otra versión gratuita
Antiplagio (www.educared.net)
Este programa debe instalarse en una computadora. También es gratuito, aunque debe instalarse en la computadora. El programa recorre sitios como El Rincón del Vago (www.rincondelvago.com) y Enciclonet, en busca de plagios. Los docentes pueden incorporarle textos para alimentar la base de datos en la cual rastrear.
Tiene un costo mínimo
Copyscape (www.copyscape.com)
Suministra dos servicios de búsqueda. Cobra entre 5 y 10 centavos de dólar por entre 2 mil y 3 mil palabras. Ofrece dos servicios: descubre los contenidos que se copian de una Web e identifica plagios. En ambos casos, hay versiones gratuitas, pero limitadas a un número de escaneos mensuales.
Preocupación de docentes y estudiante por esta irregularidad
Iván Grullón Fernández
Vicerrector docente de la UASD
“Tenemos una plataforma (tecnológica) que nos costó 14 millones de pesos y tiene condiciones para detectar el plagio. Le voy a plantear al señor rector que la universidad cree una oficina que se ocupe de monitorear todos los trabajos de investigación. A mí me preocupa mucho toda esta situación”.
Diómedes Christopher
Decano de Negocios de INTEC
“Es un tremendo reto que tenemos las instituciones. No es tan fácil. Es un cambio de cultura para los dominicanos: tomar información de la Internet, ponerla en un trabajo o investigación y dar los créditos o referencias de lugar. Se pueden copiar textos y hacer las citas y referencias de lugar”.
Egni Clime
Estudiante de Mercadeo
“Copiar y pegar es algo totalmente negativo, porque el estudiante que hace eso realmente no está aportando nada. ¿Dónde está su esfuerzo? Se puede usar la Internet, pero para investigar y nutrirse de los conocimientos que ofrece. Pero no copiar y después poner esos textos en nuestras prácticas”.
Fuente:elcaribe.com.do
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