““Triste
destino de la gloria humana”, dijo un gran pensador español”, expresó
de forma lapidaria Álvaro Arvelo hijo para referirse al destino del
padre de la Patria, Juan Pablo Duarte, quien murió en el exilio, pobre y
enfermo, y a quien los gobiernos dominicanos no le rindieron los
honores suficientes como para comprar la casa en que vivió y convertirla
en un museo.El comentarista de El Gobierno de la Mañana llamó la atención este miércoles a los jóvenes, para que sepan quien fue Duarte, a quien definió como el hombre que nos dio una Patria, soberanía e identidad.
A continuación su comentario de este miércoles:
“Juan Pablo Duarte nació un día como hoy, 26 de enero de 1803, en Santo Domingo. Hijo de Juan José Duarte, un empresario exportador e importador español que tenía su negocio ahí en las llamadas Atarazanas (Ciudad Colonial), esa zona cercana al río Ozama, al puerto de San Diego, donde está el monumento de Diego Colón, donde está parte de la calle de Las damas. Había ese tipo de negocio de productos diversos para importar y exportar, era un hombre de clase media alta, por no decir rico, para le época. He hijo de doña Manuela Diez, ilustre dama seibana.
Desde niño tuvo estas inquietudes de tener una patria libre, independiente, soberana, sin tutelaje, entonces ya creciendo, después de llevar sus inquietudes a las escuelas de Santo Domingo, ya un joven, fue enviado a Europa y Estados Unidos a estudiar, aprendió varios idiomas, fue campeón de esgrima, era un hombre culto e intelectual, era un poeta...
En Europa recibió esa influencia del viejo continente, esas grandes ideas de libertad e independencia, esos grandes conceptos filosóficos, esos grandes stablishment de leyes de defensa del hombre, de los derechos humanos, entonces, embriago de esas ideas modernas para la época... sobre todo la siembra de libertades que hizo la gloriosa Revolución Francesa, entonces, cómo eso fue creciendo y expandiéndose fuera de Francia.
Entonces, imbuido de esas ideas de los grandes tratados, de las grandes acciones, de los pensadores europeos, regresó a la República Dominicana, conformó un teatro, La Republicana, para llevar esos mensajes de libertad, de superación, de independencia. Estaba el país dominado de las tropas haitianos , claro, esto había que hacerlo de manera discreta e inteligente, y Duarte, discreto inteligente, pero hombre de acción, a través de la reproducción de esas obras de teatro el público iba captando nuevas ideas, nuevas inquietudes, iba recibiendo vientos de libertad, recibiendo ideas de independencia, el espíritu del dominicano se iba nutriendo de esa semilla sembrada por Duarte a través del teatro, de las grandes obras del teatro de autores extranjeros... continuó su trabajo constante, a diario, sacrificando su salud, su tiempo, también la fortuna de la familia.
Llega al 16 de julio 1938 cuando funda la sociedad patriótica La Trinitaria, que va a ser base política social y religiosa, etc., base jurídica de lo que sería el Estado dominicano. Entonces allí, en la casa de Doña Chepita Pérez de la Paz, frente a la iglesia de Nuestra Señora del Carmen, ella era la madre del benjamín de Los Trinitarios, “El divino loco”, Juan Isidro Pérez, en la casa de ella la noche del 16 de julio de 1938, 9 hombres, sobre la base de un juramento al presidente Juan Pablo Duarte y Diez, y un juramento religioso y un juramento patriótico, y ahí nace lo que sería el soporte, la base desde la cual se operaría, la realización de la Independencia Nacional, el 27 de febrero de 1844.
Naturalmente, el gobierno invasor ya le seguía los pasos de cerca a Duarte, ya tenía conocimiento de la gran obra que llevaba a cabo en contra del dominio haitiano, entonces, así es perseguido, tiene que ir a la clandestinidad, y después al exilio y estando en el exilio se presenta la noche gloriosa, histórica, extraordinaria, del 27 de febrero de 1844, cuando el general Matías Ramón Mella y Castillo lanza el trabucazo en la puerta o Fuerte de la Misericordia, ahí en la intercepción de las calles Arzobispo Portes y Palo Hincado y de ahí Mella, con su grupo, sale a lo que sería hoy el altar de la Patria. Mella estaba compuesto con Francisco del Rosario Sánchez, quien finge su muerte, su entierro, para evitar la persecución, está escondido y va a esperar el trabucazo de Mella, alrededor de las 10:30 de la noche, es la voz de alerta, es la clave, y con la bandera debajo del brazo avanza hacia lo que va a ser el Altar de la Patria y entonces eleva la Bandera Nacional, que fue concebida por Juan Pablo Duarte...
Ahí nace la República Dominicana, concebida y ejecutada por Duarte, claro, por sus compañeros de obra, el general Mella y el prócer Sánchez.
Cuando sucede esto, Duarte está en Curazao, en la goleta Leonor, va “El divino loco” y Pero Alejandrino Pina y él regresa el 15 de marzo donde en el muelle de Santo Domingo es recibido como el Padre de la Patria y así se le proclama y cuando ven su figura descender del barco se oye aquello de: ¡Salve el Padre de la Patria!
Pero, se se imponen las fuerzas conservadoras, los padres de la patria son enviados al exilio por el gran traidor, Pedro Santana, traidor de traidores, esa figura asquerosa de Santana, que Balaguer tuvo el descaro, la desfachatez, la vagabundería de llevarlo al Panteón Nacional, donde están los héroes que él mató. La tumba del traidor está frente a la tumba de María Trinidad Sánchez, y ¿como celebró Santana el primer aniversario de la Independencia? Ejecutando a María Trinidad Sánchez, tía de Francisco del Rosario Sánchez. Hay que sacarlo de ahí y jondearlo al mar. Pero eso es otra cosa.
Luego Duarte vuelve al exilio, junto a su familia, todos van a morir en el exilio, en la miseria, gente rica, pero que lo entregó todo por la Patria.
Y en 1961, Duarte se entera de que el país va a ser anexado a España por el gran traidor Pedro Santana, que es cuando Sánchez entrá por Haití y Duarte comienza allá una campaña en contra de la anexión a España y al traidor... viene al país en 1864 estaba enfermo, se supone que tenía tuberculosis... “Triste destino de la gloria humana”, dijo un gran pensador español, y va a morir en 1876.
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