Los cables de Wikileaks y la transparencia

En esta nueva serie, de inmediato las informaciones han sido desmentidas por el presidente y el sustituto del presidente de la Suprema Corte de Justicia. Los desmentidos, en estos casos, parecieran inevitables.

Cuando ya todos los países de América Latina y el Caribe, incluyendo Haití, divulgaron los cables del Departamento de Estado, obtenidos por medios de comunicación de cada uno de esos países en acuerdos con la organización Wikileaks, le ha correspondido el turno a la República Dominicana.

Los grandes diarios de México, Argentina, Perú, Colombia, Costa Rica, entre otros, firmaron acuerdos de divulgación de esos documentos, aceptando las condiciones de Wikileaks y de su líder Julian Assange, para que se retengan aquellos cables en los cuales se detecten informaciones que pudieran poner en peligro vidas de personas incluidas en ellos.


Sorprende que ninguno de los grandes diarios dominicanos haya gestionado la obtención de esas informaciones, como lo hicieron los grandes diarios impresos de los países mencionados. En República Dominicana ha sido una empresa de televisión, el Grupo SIN, el que ha obtenido la licencia para las publicaciones.
Directores de diarios de Colombia, Perú o Costa Rica, para obtener acuerdos con Assange, debieron viajar a Londres, reunirse con él y firmar los acuerdos de divulgación. Es probable que alguno de los diarios locales haya realizado gestiones y no les fue posible el contacto directo.

Debemos revelar que Acento, un medio digital que salió al público el 16 de febrero de este año, realizó ingentes esfuerzos para ponerse en contacto con Wikileaks y recibir las informaciones. Llamamos por teléfono, enviamos correos eléctricos, y cuando no fue posible por esa vía, formalmente a través del correo tradicional enviamos una solicitud por escrito al señor Assange. Nunca recibimos respuesta.

Hace por lo menos dos meses recibimos la información de los acuerdos entre Grupo SIN y Wikileaks, y fue entonces cuando manifestamos nuestro deseo de formar parte de la divulgación de los cables. Y en ese momento Fernando Hasbún, presidente de SIN, estuvo de acuerdo en compartir las informaciones con Acento.com.do.

Reconocemos que es una gran responsabilidad la que se asume al divulgar estos documentos, que contienen información confidencial de los organismos diplomáticos y de inteligencia del Departamento de Estado, de los Estados Unidos. Pero también hay que reconocer que con la divulgación de los mismos se realiza una contribución al fortalecimiento democrático y en especial a la transparencia en las funciones públicas en la República Dominicana.

La embajada norteamericana en el país podría sentirse lesionada, lo mismo que los personajes del mundo político, empresarial, gubernamental, congresual y periodístico mencionados, entre muchos otros. Pero se trata de documentos que ya están fuera del control del gobierno americano, que aunque fueron producidos para orientar políticas hacia la República Dominicana, están pasando por el tamiz de la opinión pública, la cual tiene derecho a conocer lo que sienten y piensan los burócratas y diplomáticos del imperio, que vienen aquí a poner en práctica políticas de defensa de sus intereses y de algunos intereses que defienden en la República Dominicana.
Aunque este proceso apenas comienza, porque son muchos los cables de que se dispone, queremos llamar la atención sobre la necesidad de que se den a conocer todos los cables, y que ojalá pueda hacerse por orden de importancia, sin discriminar a nadie y atendiendo a un auténtico interés nacional. Han aparecido algunas voces que entienden la divulgación como un atentado contra el país. 

No creemos que tengan razón. En este sentido, Grupo SIN tiene la grandísima responsabilidad de colocarse por encima de los intereses y de las presiones que reciba. Como ha dicho Miguel Guerrero, periodista prestigioso, que podría producirse una crisis en caso de que, de pronto, se dejen de publicar o que se discrimine en la publicación de los cables de Wikileaks. Sabemos que en manos de Grupo SIN, eso no ocurrirá.

Recordamos que los primeros cables se divulgaron porque llegaron como rebotes de publicaciones realizadas en España, y tenían que ver con inversiones turísticas y aeroportuarias, y supuestas extorsiones, que fueron desmentidas por los involucrados. En esta nueva serie, de inmediato las informaciones han sido desmentidas por el presidente y el sustituto del presidente de la Suprema Corte de Justicia. Los desmentidos, en estos casos, parecieran inevitables.

De todos modos, nos congratulamos por recibir la concesión del Grupo SIN de facilitarnos los cables en la medida en que vayan poniéndolos en conocimiento del público, y de formar parte de los medios que los tendrán todos reunidos en un microsite, como puede ser visto en la portada de Acento, en donde se pondrán todos los que recibamos en las versiones en inglés y en español, así como el conjunto de reacciones que los mismos desencadenen.

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